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RAFAEL-JOSÉ DÍAZ



ROSTRO CAMBIANTE

Rostro cambiante
que una noche te miras al espejo,
                                                imprevisto,
como si no existieras antes
o como si vinieras de un mundo que no es este
o como si volvieras
de un cautiverio, una escapada
                                                 o un naufragio,
rostro que ya no te reconoces
a ti mismo y cuyos ojos te miran
la mirada perdida que demuestra
que no es a ti a quien miras
o que un raro cansancio
despojó a las pupilas de su brillo:
lo mismo que no existes
ahora sino aquí, rostro,
                                                 en la imagen
quebradiza que surge en este espejo,
así, tal vez, podrás
nacer un día cualquiera en otro rostro
deseado, imprevisto, como el rostro de alguien
que hubiera sido amado
una vez por tus ojos.


(Rafael-José Díaz, poema extraído de la revista digital FronteraD, octubre, 2011)

VÍKTOR GÓMEZ


EDUCAR EN LA SOSPECHA.


enseñar a mirar, a no ver,
preparar para la rotura,
abrir en la ruidosa ciudad
archipiélagos en silencio,
estancia que es vuelo, vuelco, balconada,
convidar a la lentitud, a la atención,
a la espera y a la incertidumbre,
negar la facilidad de lo previsible,
cambiar techo por cielo abierto.
besar la nieve, no las huellas, amoratar
los labios e insistir,
volver e irse y volverse a ir, sin fin, sin reticencias.



(Víktor Gómez, Huérfanos aún, Baile del Sol, 2010)

JOSÉ GUTIÉRREZ ROMÁN



MIENTRAS tú duermes,
a mí me despierta tu sueño,
esa extraña sensación de saber
que en este mismo instante
estás cruzando
mi ciudad en un tren nocturno,
y que ya nunca nos encontraremos.



(José Gutiérrez Román, Los pies del horizonte, Rialp, 2011)

MIGUEL ÁNGEL CURIEL




POÉTICAS

        Van a dar nuestra hora. De un momento 
        a otro, sonarán campanas
                                      Jaime Gil de Biedma


O la anti-escritura. Exceso de poetas. Exceso de miel. (Eso atrae a 
demasiadas moscas. La trampa es dulce, o hay porcelana cascada. 
Te puede herir el labio el borde cascado de la taza. ¿Nada? Eso 
que de pronto se seca y pincha donde un hombre cuenta su dinero) 
Hay un cuadro de Sebastian Roth en el que un hombre desnudo 
mira el cielo. Aún Roth lo está pintando vestido con el camisón de 
su madre. Cuando fui soldado mi bigote estaba lleno de nata y mis 
manos de mierda. Cada palabra es una piedra y cada piedra es 
una palabra, y todas estas piedras son días y noches.




POEMA INCLINADO

Cualquier palabra termina en el cielo. Todas caen. Diestro, cierras 
el ojo izquierdo, y tú, zurdo, el ojo derecho. Lo mismo veis desde 
la cerradura. La inclinación del cuadro. No hay huevos. Lo que se 
arrastra antes de volar. Anda tú, y llega por él a las palabras más 
hondamente enterradas, a las más profundas.


(Miguel Ángel Curiel, Trabajos de purificación, Fundación Inquietudes, 2009)

RAÚL SÁNCHEZ


GUARDAR LAS FORMAS


Pasan sin ti los días, se acostumbra
uno a volver -un tanto cabizbajo-
a ese refugio gris donde le esperan

vacíos recipientes de tu estancia:

las fotos donde ya no sobresales
-borrosa o a lo lejos, semioculta-
como una obra maestra en una sala
de la pinacoteca más mediocre,

los discos con canciones que ahora suenan
sin tu acompañamiento susurrado
igual que este poema mal medido

(sin nada que decir pues sólo queda
-después de que exiliaras con tu ausencia
el alma de mi vida y de mis versos-

la forma, maquinal, triste, monótona).





(Poema extraído de su blog Plegarias del desprecio)

SOFÍA CASTAÑÓN

Hay
palabras de plástico
sentimientos de plástico
y caras de plástico, te dije
el día que hablamos de Jude Law.
Y tú,
con las manos llenas de tierra,
me enseñaste que por dentro
somos sucios
y hermosos.





(Sofía Castañón, Animales interiores, Trabe, 2007)

ALBERTO CHESSA


LA OSAMENTA


DEBIERA uno vivir su vida lejos de sí mismo.
Lejos de todas las nubes de su infancia
Y de la tempestad del mediodía.
Lejos de la aspereza de los sueños más lúcidos,
Esos en los que cada rostro cobra una historia
Sancionada después en pingües callejeros,
En brújulas de saldo con agujas que hieren
O nada más que estrellas.
Lejos de la vejez que sólo es un invento
Y los colores que no existen
Aunque uno se desmuera por buscarlos.
Ceniza maloliente de tantos despertares.
Mano fría que quema cuanto toca.
Osamenta que dice
Lo que la piel humanizada calla



(Alberto Chessa, La osamenta, Rialp, 2011)

PEDRO ANDREU


COMO ALEJANDRA PIZARNIK

Alabar los matices del frío,
el filo de un cuchillo de cocina
sobre versos mellados,
el pequeño infierno
de determinados nombres.
Decir tan sólo que mi cuerpo
no me cubre, que nunca estuve
en este poema. Decir
sencillamente que infinitas
delicadas puertas dan al mismo
salón de muñecos rotos.

Y cantar hasta borrarnos la boca,
como si algo ardiera.


(Pedro Andreu, El frío. VII Premio Café Món.  Editorial Sloper, 2010)

ADA MENÉNDEZ


En las alcantarillas viven agazapados seres diminutos peligrosos
te digo escúchame por favor ponte a resguardo te digo
ellos hablan sin descanso de forma circular se expresan
atando palabras te licúan el cerebro son muy perseverantes estos



políticos




Y mira que lo había borrado todo a conciencia centrifugado y vaciado y mira
me trabajé el cero absoluto a golpes con médicos y pastillas y mira
ya no creía en nada a fuerza de llorar caer y fracturarme y mira
ahora estás tú al máximo de mi volumen y mira
ahora he vuelto a escribir versos de nubes y columnas y todas de a cinco y mira
ahora creo en todo otra vez y más y mucho más y mira
eres loco y mira
soy loca y miremos
juntos esta locura desde el otro lado



(Ada Menéndez, La mujer anochecía, Amargord, 2010)

GERHARD FALKNER


TRAKL

Hace frío en tu entorno
tú, revestido de oro, Trakl
Frente a la ventana abierta
truenan y se mecen los barcos
Lagunas ahogan
al viejo sol
y funestamente humean en la oscura memoria
crepitando, las escaleras



Pan y vino
se observan mutuamente
completamente impasibles
El traje deja caer suavemente un tirante
del hombro sereno
y en la noche devastada
se disuelven, burbujeando en el vaso
las pastillas para el dolor  



(Poema extraído de PROMETEO, Revista Latinoamericana de Poesía Número 81-82. Julio de 2008. Traducción de Diana Carrizosa)

VICENTE MUÑOZ ÁLVAREZ


EL VIDENTE


   Caminaba por el bosque sumido en pensamientos no muy gratos. El viento helado anunciaba la llegada del otoño y en las cumbres los árboles comenzaban ya a cubrirse de rojo. La tarde declinaba velozmente, teñida por las brumas del ocaso, y se desperezaban con gemidos lúgubres las criaturas nocturnas del bosque.

Cerca de la senda un grupo de sabinas tapizaba la falda de un risco escarpado, erigiendo sus copas fantasmales hacia el cielo carmesí. De su enhiesta silueta se elevaban sombras vacilates animadas por un aliento malsano. Y fue entonces cuando, enervado por una indescriptible pesadez, contemplé apostado en el camino los arcanos de los druidas.

Sobre un pilar de piedra yacía maniatada una joven virgen cuyos lamentos se fundían en el ritmo de varios tambores. Junto a ella, el Sumo inhalaba un vapor cetrino mientras los acólitos danzaban a su alrededor. LLegado pronto al éxtasis, arrancó un puñado de muérdago y dibujó con él un círculo sobre la joven. Después, empuñando su cuchillo, elevó su rostro al cielo y, susurrando en trance algunas preces, hundió la hoja en su seno. Pronto estuvo desollada y su vísceras se repartieron entre los cofrades. El corazón quedó reservado al Sumo, que tras exprimir su néctar lo engulló sin masticar. Luego cesó el febril tan tan y aquella visión volvió a fundirse entre las sombras del infame sabinar.

Era el momento en que el ocaso comenzaba a extinguirse y yo recuperaba paulatinamente el movimiento.


(Vicente Muñoz Álvarez,  Marginales, Eje Producciones, 2008.  Blog Mi vida en la penunbra).

ERNEST DOWSON


VITA SUMMA BREVIS SPEM NOS VETAM INCOHARE LONGAM 


Ya no están más la risa y el sollozo
El amor y el odio y el deseo,
Pienso que en nosotros eso ya no cuenta
Cuando pasamos esa puerta.

Ya no están más los días de vino y rosas
Salidos de un brumoso sueño
Un tiempo, luego se borran nuestras huellas
En medio de otro sueño.




VITA SUMMA BREVIS SPEM NOS VETAM INCOHARE LONGAM 

The are no long, the wheeper and the laughter
Love, and desire and hate;
I think they have no portion in us after
We pass the gate.

They are no long the days of wine and roses
Out of a misty dream
Our path emerges for a while, then closes
Within a dream.




( Ernest Dowson, The Poems of Ernest Dowson, John Lane, Londres, 1905. Traducción de Angel Faretta)

MICHEL GAZTAMBIDE

REVELACIÓN


¿La vida?

Detrás, el voraz incendio.

Delante, un profundo
mar.

Y no sabes nadar.




(Michel Gaztambide, Moscas en los incunables, Huacanamo, 2011)

JUAN RAMÓN BARAT



LIQUIDACIÓN DE EXISTENCIAS


CADA noche te asomas
al balcón de tu triste
derrota cotidiana.
Comercias con las sombras que te asedian.
Acabas por vender
tu vida como un saldo.
Y haces liquidación
de todos tus recuerdos.
Cada noche te vence pertinaz
la insufrible lujuria del cansancio.


(Juan Ramón Barat Dolz, Malas compañías, XVII Premio de Poesía "Blas de Otero" 2005 del Ayuntamiento de Majadahonda, Asociación de Escritores y Artistas Españoles, 2006)

RAFAEL CHAPARRO MADIEDO




UNA AMBULANCIA CON WHISKY


Me llamo Sven y morí ayer o tal vez la semana pasada. Realmente no sé qué sucedió. No sé si fue una inyección de veneno en las venas  o si me estallaron una botella de whisky en la cabeza. No sé. No sé. O si me abalearon en la puerta del Bar Anaconda. O tal vez en el bar Los Moluscos. Lo único que recuerdo son las luces de un bar, el baño lleno de vómito y una canción with or without you en el fondo del recinto, en el fondo de las luces, en la lluvia, un letrero en el espejo que decía “entonces le diré que nunca más me pondré esta ropa”, un teléfono, una ambulancia, una puerta blanca y de nuevo alguien que decía oye tranquilo yo puedo vivir sin ti, tranquilo with or without you, doce de la noche, mierda se nos muere, mucha heroína, mucho alcohol, mucha tristeza, mierda, quédese tranquilo, relájese, piense en un cielo azul, en una ciudad con edificios blancos, sueñe con un potrero lleno de naranjas, con una mañana con una lluvia de aves negras, piense lo que se le dé la gana, mierda se nos va, tranquilo with or without you.

En la ambulancia me sentí como un muñeco de trapo. Un muñeco de trapo abaleado por las luces de la sirena, el mareo, la noche y el olor de la sangre. Tenía ganas de cagar diamantes. Cerré los ojos y de pronto me sentí como un árbol atravesado por cuchillos blancos.
(...)

(Rafael Chaparro Madiedo, Opio en las nubes, Colcultura, 1992)

BLANCA CALPARSORO


Has puesto mis ojos en su sitio
Hacedora de rostros
más allá de la Muerte.

Aún recuerdo el abismo
de mi llanto.

Suspendida
Retrasábame ciega
en la bifurcación constante
de mis rutas.

Me adueño del delirio
en el permanente tránsito.



(Blanca Calparsoro, El vacío y las horas, San Sebastián, Hordago, 1981)

ADOLFO CUETO


VERTEDERO
rostro que no es tu rostro


Hablan de sus comisiones, sus intereses, en esos
templos costosos del euro. El marketing, el desafío, la
competitividad -dicen-, el líder, palabras
conformes, palabras secas, hinchadas
en la boca del éxito...


Agáchate para ver
la miseria del mundo.



(Adolfo Cueto, Dragados y Construcciones, Madrid, Cátedra, 2011)

IGNACIO BORGOÑÓS



RECITANDO A PETRARCA
(Fragmento)  


     Entre los púrpuras del invierno, la tonada de una embarcación que se hacía al Danubio rompiendo hielo y niebla en la monotonía del amanecer, sorprendió al arquitecto de origen español Gabriel Siloé tumbado en un banco público junto al Puente de la Libertad, como si fuera una extraña flor surgida de la escarcha. Apoyaba el mentón de vello entrecano y mal rasurado sobre la madera, permaneciendo inmóvil, apenas cubierto por un abrigo sobre el que se había depositado la helada nocturna. Podría haberse dicho que Siloé estaba muerto, si no hubiera sido por la movilidad de sus ojos que despertaron sin sobresaltos, vidriosos por los cristales que había formado el frío o quizás porque bebió romanamente. La visión de las farolas cansadas y los muelles que poco a poco abandonaban su condición desértica para entregarse a los días laborables, lo rescataron de un paisaje onírico y febril, de la alucinación donde la muchacha de su adolescencia se desnudaba como entonces ante el turquesa marino y fantástico que habitaba sus sueños, un turquesa eléctrico, imposible, donde los pájaros acordaban silenciarse para entrar en el cielo del Este.


(Ignacio Borgoñós, Recitando a Petrarca. Alfaqueque ediciones, 2009)

ARMANDO ROA VIAL




¿CON CUÁL DE TODOS MIS AMORES
habré de sobornar a la muerte?
La carne trama y conspira
desde lo hondo: la flema,
el grumo atiborrado de grasa,
el furor del polvo por volver al polvo.
¿Con cuál de todas mis herrumbres
habré de oxidarle la guadaña?



***
SIEGA CADA IMAGEN.
Haz del lenguaje tu propio patíbulo.
Asciende pesadamente sus escalinatas.
Sé el verdugo. Cancela pronto la representación.





(Armando Roa Vial, Zarabanda de la Muerte Oscura, Santiago de Chile, Beuvedráis Editores, 2006)

FÉLIX ROMEO

IN MEMORIAM


DETECTIVE

Podría haber terminado la investigación hace 10 días. La podría haber terminado cinco minutos después de que entrara en mi oficina, cuando puso en mi mano la fotografía de su mujer. Creía que le engañaba, y yo deseaba que le estuviera engañando conmigo.
Si no he terminado la investigación, si le he dicho al marido, día tras día, que no he conseguido nada y que tengo que continuar el seguimiento para proporcionarle pruebas irrefutables para el divorcio, es porque no quiero dejar de mirarla.
En 18 años de detective, jamás había sentido nada por ninguna de las mil mujeres infieles que he seguido, mirado, fotografiado y condenado: eran como pescado para un pescadero. Sentía, al principio, pena por el cornudo y sabía que la infidelidad pagaba mis facturas, pero nunca había sentido este dolor acre que siento hoy cuando la veo, con el pelo recogido, con un collar verde y largo, besar a su amante.
He abandonado los demás casos para seguirla constantemente. Para mirarla todo el tiempo. Siento asco por mi comportamiento. Me doy miedo. No sé cómo evitarlo. Es un sentimiento nuevo y profundo.
La miro cuando abre la puerta de su coche. Miro sus pies con las uñas pintadas, porque es verano y lleva sandalias. Me pongo en su camino, enfrente de ella, y la miro directamente a los ojos, retándola. La miro cuando se sienta en una terraza a tomar leche merengada y busca en su enorme bolso los cigarrillos y el mechero. La miro cuando se prueba ropa en las tiendas. La miro cuando toma el sol en la piscina debajo de sus enormes gafas de sol y con sus teticas manzanas mirando al cielo azul.
Me excita mirarla. Se me pone la carne de gallina. Se endurece mi polla. Se aceleran los latidos del corazón. Me excita el movimiento de su culo: casi siempre la sigo por su espalda.
El marido quiere, además de un detallado informe, un trabajo extra: paliza al amante y fotos del amante después de la paliza. El asunto es para él una cosa entre hombres.
Le daré una paliza a su amante y le haré fotos. Pronto. Siento que ella me engaña a mí también. Si escribiera el informe sería el informe de cómo me engaña.
La miro cuando lee el periódico, cuando sonríe al hablar por el móvil, cuando se detiene en un escaparate, cuando come patatas fritas y saca la lengua sobre sus labios gruesos para lamer las migas, cuando se muerde las uñas y da un tirón violento al dedo al terminar.
Hace 10 días que hago sufrir a un infeliz y hace dos semanas que sufro, más infeliz aún. No puedo dejar de mirarla cuando saca el pintalabios y pone rojos violetas sus labios.
Mirarla ahora cuando me cruzo con ella. Me mira a los ojos y pregunta: "¿Nos conocemos?". Oigo por primera vez su voz, que me excita aún más, y le digo que sí, que trabajo para su marido.


('Detective', un fragmento literario de Félix Romeo publicado en EL PAÍS, Agosto de 2010)

CLARICE LISPECTOR



LA PASIÓN SEGÚN G.H. (fragmento)

    No, en todo esto ni había estado enloquecida ni fuera de mí. Se trataba solamente de una meditación visual. El peligro de meditar es, sin quererlo, comenzar a pensar, y pensar no es ya meditar, pensar dirige hacia un objetivo. Lo menos peligroso es, en la meditación, "ver" lo que prescinde de palabras, de pensamiento. Sé que existe ahora un microscopio electrónico que muestra la imagen de un objeto ciento sesenta mil veces mayor que su tamaño natural, pero no llamaré alucinatoria a la visión que se tiene a través de ese microscopio, incluso aunque no se reconozca ya el pequeño objeto que el microscopio aumentó de tamaño monstruosamente. ¿Y si me hubiese engañado en mi meditación visual? Absolutamente probable. Mas también en mis visiones puramente ópticas, de una silla o de un jarrón, soy víctima del error: mi testimonio visual de un jarrón o de una silla es erróneo en varios puntos. El error es uno de mis modos fatales de trabajo. Me senté nuevamente en la cama. Mas ahora, mirando la cucaracha, sabía ya mucho más. (...) Si tú pudieses saber a través de mí, sin necesitar antes ser torturado, sin tener antes que ser partido en dos por la puerta de un armario, sin que antes sean quebradas tus envolturas de miedo que con el tiempo se fueron secando y transformando en envolturas de piedra, tal como las mías tuvieron que ser quebradas bajo la fuerza de una tenaza para que yo llegase a lo tierno neutro de mí, si tú pudieses saber a través de mí... entonces aprende de mí, que tuve que permanecer totalmente expuesta y perder todas mis maletas con sus iniciales grabadas.


(Clarice Lispector, La pasión según G.H., Barcelona, Aleph editores, 2005)

JOSÉ LUIS NIETO ARANDA



HOMELESS

Al final
nada perdura: ni la huella salvaje
de los momentos cabalgados, ni el último
poema, ni la sonrisa final
de la camarera que, en este momento,
nos sirve los recuerdos al punto.

La metáfora de la noche
se apagó con un viento de luz,
con un aire de vivencias absueltas
por el tiempo finito
de entonces.

Nos han mentido y nada
queda.
Ni los ojos de veracidad
embalsamados,
ni las monedas en el fin
del arco iris.

La vida
es una proposición absurda
enunciada en este mundo
sin techo.



(José Luis Nieto Aranda, Rastros perdidos, Ediciones Vitruvio, 2011)

BRIAN PATTEN


EN UN NUEVO AMANECER

En un nuevo amanecer
reajustando tu conciencia
te despiertas, y

despierto sueñas
o por lo menos lo parece,
con bosques por los que has pasado

y vidas que habrías atravesado a nado
si hubieras sido lo suficientemente fuerte.



(Brian Patten, Antología, Plaza y Janés, 1975. Traducción de Joaquina Martínez-Marina)

MANUEL PADORNO



EL BAÑISTA Y LA BESTIA


He bajado a la playa solamente
para palpar el agua, ver el agua
de cerca, estar con ella un rato viéndola.
He bajado desnudo y entro en ella
desnudo y amansándola: una bestia
increíble. No tiene fauce alguna,
garra alguna; es dulce, poderosamente
dulce, tendida, espumeante, clara,
transparente: me cubre con su lluvia.
Entro en su cuerpo vivo. Ah, braceo
su cuerpo vivo incandescente, dentro.
Palpo el agua: una bestia infinita.
Muge el oleaje: una bestia infinita.
Estoy bañándome en su belfo cálido,
en pura lengua clara, en su dicción
espumeante, braceo su lenguaje
para abrir los ojos en ti y oírte
por dentro. Tú que sabes dulcemente
a la sal de la tierra, bestia mía,
hermosa bestia mía el mar el agua.


(Manuel Padorno, Desnudo en Punta Brava, Hiperión, 1990)

FERNANDO BELTRÁN


Despiertas 
a medianoche.

Lloras.

La muerte es sin adiós,
un tren muy largo



Ver al fondo
la muerte de mi padre.

Correr.

No poder alcanzarla.


(Fernando Beltrán, Donde nadie me llama [Poesía 1980-2010], Madrid, Hiperión, 2011)